Roma – El 11 de junio de 2025, con una carta a los miembros del Opus Dei, el Prelado anunció la realización de un importante paso en el proceso de adecuación de los Estatutos de la Obra, transmitiendo oficialmente a la Santa Sede la propuesta de revisión. Se trata de una etapa significativa en un recorrido de tres años, emprendido con espíritu de filial obediencia a la Iglesia y con la intención de custodiar el carisma fundacional otorgado por Dios a san Josemaría Escrivá.

Un proceso marcado por la ideología

La necesidad de revisar los Estatutos del Opus Dei no surge de una exigencia interna de la Prelatura, sino de una imposición proveniente de arriba, como consecuencia de los profundos cambios introducidos por el Papa Francisco con la constitución apostólica Praedicate Evangelium (2022). Este documento rediseñó la estructura de la Curia Romana.

Uno de los principales protagonistas de este texto lleno de críticas es Gianfranco Ghirlanda, jesuita y canonista de referencia del pontificado, cuyo enfoque del derecho canónico ha parecido más ideológico que jurídico. Ghirlanda ha mostrado con frecuencia la tendencia a moldear la teología y las normas a sus propias visiones personales, sacrificando la coherencia sistemática del derecho eclesial en nombre de una visión algo alejada de la realidad. Dentro de este nuevo marco, ha sido el Dicasterio para el Clero —y no el de los Obispos— quien ha asumido la competencia sobre las prelaturas personales (n. 117 Praedicate Evangelium), entre ellas el Opus Dei. Un cambio que, aunque justificado formalmente por la nueva configuración de la Curia, ha sido percibido por muchos como una verdadera reubicación jurídica y simbólica de la Obra, con consecuencias nada secundarias en términos de su autonomía y su especificidad carismática.

En julio de 2022 se publicó el motu proprio Ad charisma tuendum, en el que el Santo Padre pidió que “los Estatutos propios de la Prelatura del Opus Dei sean debidamente adaptados, por propuesta de la misma Prelatura, para su aprobación por los órganos competentes de la Sede Apostólica”. Un segundo motu proprio, publicado en agosto de 2023, modificó los cánones 295-296 del Código de Derecho Canónico, reforzando así la solicitud de actualización. Desde entonces, el camino se ha dividido en dos fases: la primera, en 2023, implicó una consulta general a todos los miembros del Opus Dei, seguida de la redacción de un borrador presentado en el Congreso general extraordinario de abril de 2023. La segunda fase ha sido un trabajo conjunto entre expertos del Dicasterio para el Clero y de la Prelatura, para elaborar la propuesta final a la luz de las modificaciones legislativas posteriores.

El Congreso y la sede vacante

El Congreso general ordinario de abril de 2025 debería haber concluido oficialmente el estudio de los Estatutos. Sin embargo, la muerte del Papa Francisco y el consecuente período de sede vacante aconsejaron limitar los trabajos a la renovación de los cargos del Consejo Central y del Asesoramiento. Los congresistas, no obstante, expresaron su apoyo para que el Prelado, con los nuevos órganos de gobierno, completara el proceso y transmitiera la propuesta a la Santa Sede.

Esto ocurrió el 11 de junio de 2025, en un clima de confianza en la figura de León XIV y de intensa oración, tal como lo había solicitado el Prelado en su carta: “Les pido que intensifiquen sus oraciones en esta fase final”.

Un discernimiento en el camino del carisma

El trabajo de adecuación se ha llevado a cabo siguiendo dos criterios guía: por un lado, el respeto por las indicaciones del magisterio eclesiástico; por otro, la tutela del carisma específico de la Obra, centrado en la santificación del trabajo y los compromisos ordinarios de la vida.

El texto actualizado de los Estatutos será hecho público solo una vez aprobado por el Papa, único legislador competente. Hasta entonces, la Prelatura mantiene la reserva propia de un proceso canónico aún en curso. No obstante, la adecuación de los Estatutos no toca la esencia de la vida de los miembros de la Obra, sino que busca preservarla y valorizarla, para que el carisma recibido pueda seguir dando frutos en nuevas circunstancias históricas y culturales. En una época marcada por rápidos cambios sociales y eclesiales, el Opus Dei está llamado, con renovada conciencia, a encarnar el Evangelio en el mundo, respondiendo a la llamada universal a la santidad en la concreción de la vida cotidiana. Y precisamente en este espíritu —hecho de fidelidad, oración y discernimiento— se comprende la importancia de un paso como el que la Obra está viviendo hoy.

f.P.E.
Silere non possum