Ciudad del Vaticano – Tal como había confiado a sus colaboradores más cercanos, el Papa León XIV se concedió los meses de verano para escuchar, observar y madurar decisiones. El tiempo de la escucha, sin embargo, no ha terminado: sigue siendo el estilo que marca su pontificado. Pero, junto a esto, se hacen ya necesarias algunas elecciones de gobierno. En estos días, de hecho, León XIV ha comenzado a imprimir los primeros signos concretos, iniciando ese proceso de renovación que él mismo considera imprescindible.

Un punto crucial, en la vida de todo obispo –y con mayor razón del Papa– se refiere a sus primeros colaboradores. Todos, en general, deben ser fieles y capaces de sostenerlo, pero aquellos que comparten más de cerca el cotidiano del Pontífice asumen un peso decisivo. No por casualidad, León XIV ha mostrado su voluntad de “engrasar la máquina con su propio aceite, y no con el ajeno”, eligiendo personas que reflejen su visión y que puedan ofrecerle un apoyo leal.

En las últimas semanas, el secretario personal, don Edgard Iván Rimaycuna Inga, había sido llamado a ocuparse de algunas misiones reservadas confiadas por el Papa y se había alejado temporalmente de Roma. Junto a León había reaparecido entonces don Daniel Pellizzon, figura ya conocida al lado del predecesor.

En los últimos días, sin embargo, ha llegado un paso más de León, que hoy podemos hacer público: el Papa ha nombrado a su nuevo segundo secretario, identificado en el reverendo don Marco Billeri, sacerdote de la diócesis de San Miniato. La elección no es casual, sino que revela la voluntad del Papa de valerse de colaboradores seleccionados directamente por él, según criterios de fidelidad, competencia y fiabilidad. Prevost se encontró con el sacerdote durante este verano y él ha comenzado a relacionarse con los otros colaboradores del Pontífice en estas semanas.

Nacido y formado en la Iglesia de San Miniato, don Billeri fue ordenado sacerdote en 2016. Tras sus estudios en Roma, obtuvo el doctorado en Derecho Canónico, distinguiéndose por su seriedad y rigor académico. Ha desempeñado cargos de relieve: juez en el Tribunal Eclesiástico de la Toscana, defensor del vínculo en los tribunales de San Miniatoy Volterra, ceremoniero episcopal y secretario del Consejo Presbiteral. En los últimos años ha servido como vicario parroquial en la parroquia de los SS. Esteban y Martín en San Miniato Basso.

Un nombramiento que, más allá del perfil personal, se inserta en un plan más amplio: León XIV quiere rodearse de colaboradores escogidos con cuidado, para que la máquina de gobierno funcione según su impronta y no por la inercia de otros.

d.I.A.
Silere non possum